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Breve resumen

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¿A qué edad gatea un bebé?

La mayoría de los bebés empiezan a gatear entre los 6 y los 12 meses. Algunos lo hacen antes, mientras que otros se saltan esta etapa por completo: cada niño avanza a su propio ritmo.

Momentos clave del desarrollo motor en el bebé

Cada bebé sigue su propio ritmo, pero existen algunos hitos que ayudan a los padres a comprender mejor las grandes etapas del desarrollo motor. Estos hitos resultan tranquilizadores, especialmente cuando surgen dudas sobre si su bebé progresa al mismo ritmo que otros niños.

No se trata de cumplir etapas a toda costa, sino de observar, animar y crear un entorno favorable a la exploración.

¿A qué edad empieza a gatear un bebé?

Gatear suele ser una de las primeras grandes aventuras motoras. El bebé se coloca boca abajo, se impulsa con los brazos y empieza a avanzar al estilo militar.

Este tipo de desplazamiento suele aparecer entre los 6 y los 8 meses.

Algunos bebés reptan durante varias semanas antes de intentar gatear, mientras que otros pasan rápidamente a la siguiente etapa. No hay una norma fija, pero si el bebé no muestra ningún interés por moverse por el suelo después de los 10 meses, es aconsejable comentarlo con un profesional, sin alarmarse.

Gatear: un paso esencial que no debe saltarse

Gatear es mucho más que una forma de desplazarse: es una etapa fundamental del desarrollo motor y cerebral.

Al mover el brazo derecho y la pierna izquierda, y luego el brazo izquierdo y la pierna derecha, el bebé activa el llamado movimiento contralateral. Este patrón estimula el cuerpo calloso, el puente nervioso que conecta los dos hemisferios cerebrales. El resultado: mejor coordinación ojo-mano, mayor motricidad fina y una base sólida para aprender a leer y escribir.

Si el niño se salta esta etapa (gateando o moviéndose sobre el culete) esto puede indicar dificultad con la coordinación o la presencia de reflejos arcaicos que todavía están activos.

No os asustéis: juegos y ejercicios, sugeridos por un fisioterapeuta o un osteópata, pueden ayudarles a explorar esta etapa, incluso más tarde.

Un buen gateo es un gran paso para preparar mejor el aprendizaje de la marcha.

¿A qué edad puede sentarse un bebé?

Sentarse solito es un gran paso hacia su independencia. También es el momento en el que tu bebé puede jugar con las manos, observar su entorno y desarrollar su motricidad fina.

Generalmente los bebés comienzan a sentarse entre los 6 y 8 meses .

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De la motricidad fina a los primeros pasos

Cuando pensamos en caminar, generalmente imaginamos las piernas. Sin embargo, es todo el cuerpo y el cerebro los que entran en juego. Incluso antes de ponerse de pie, un bebé desarrolla gradualmente la coordinación, el tono muscular y la capacidad de interactuar con su entorno.

La motricidad fina no se queda atrás: también prepara el terreno para las primeras exploraciones de ponerse de pie... y luego para los pasos. Estas etapas están relacionadas, y comprender cómo funcionan puede ayudarte a apoyar a tu bebé.

El vínculo entre la motricidad fina y el equilibrio motor

La motricidad fina engloba los pequeños gestos que el bebé descubre desde muy temprano, como agarrar un juguete o tocarse los pies.

Al repetirlos libremente, gracias al movimiento libre, aprende a conocer su cuerpo, a equilibrarse y coordinarse. Explorar con las manos también fortalece su confianza.

Estas experiencias aparentemente sencillas son, en realidad, la base que prepara para gatear y dar los primeros pasos. Jugar y moverse libremente son sus mejores aliados.

¿Cómo envía el cerebro mensajes a los músculos?

Antes de moverse, el cerebro envía mensajes a los músculos a través de los nervios. En el caso del bebé, este sistema se va afinando con el tiempo. Con cada voltereta, intento de gateo o ensayo para ponerse de pie, prueba, ajusta y aprende. Estos movimientos, aunque torpes al principio, fortalecen sus conexiones nerviosas.

Cuanto más libremente se mueve, más progresa. Es un proceso de aprendizaje sutil pero esencial para aprender a caminar.

¿Hasta qué edad puede tardar un bebé en caminar?

La mayoría de los bebés caminan entre los 12 y los 18 meses, pero algunos tardan un poco más. Si su bebé aún no intenta ponerse de pie después de los 18 meses, una consulta médica puede ser una buena idea.

Puede que esté explorando de forma diferente o simplemente esperando a estar listo. Confía en tu instinto. Cada niño progresa a su propio ritmo, y esto no es una competencia. Lo importante es el progreso, no la comparación.

Acompañar al bebé en sus desplazamientos en el día a día

Una vez que tu bebé ya se está moviendo, ya sea gateando, gateando o caminando, lógicamente te planteas la cuestión de los zapatos.

¿Lo dejo descalzo?
¿Cuándo le compro sus primeros zapatos? ¿Y cuáles elijo?

Porque sí, acompañar bien estas primeras aventuras también significa respetar el ritmo del niño y ayudarle a desarrollar su apoyo.

Con o sin zapatos: qué debes saber según la etapa

Los pies descalzos son ideales cuando el bebé está dentro de casa explorando el suelo. Le permiten sentir mejor el contacto con el suelo, ajustar su equilibrio de forma natural y fortalecer sus pies.

Cuando tu bebé empieza a ponerse de pie o a caminar al aire libre, los zapatitos respetuosos son útiles para proteger sus piececitos sin restringirlos. El objetivo no es obstaculizar su movimiento, sino moverse con él.

En interiores, deje que el bebé vaya descalzo tanto como sea posibles: es excelente para su coordinación.

¿Qué zapatos para los primeros pasos del bebé?

Elegir el calzado adecuado para aprender a caminar es fundamental. Tu bebé necesita ligereza, flexibilidad y libertad de movimiento. Olvídate de las suelas gruesas o rígidas.

Para usar en interiores, los zapatitos respetuosos son perfectos: protegen los pies de los pequeños de las baldosas y permiten al bebé moverse libremente.

Y para las salidas, los zapatos respetuosos son una excelente opción para acompañar a tu bebé sin obstaculizar sus movimientos. Cuanto más siente el suelo, más desarrolla su equilibrio de forma natural.

Lo ideal es un zapato flexible que se adapte a la forma natural del pie, con una suela fina, flexible y antideslizante. Los materiales deben ser flexibles y transpirables.

Descubre más en nuestro artículo dedicado a qué zapatos elegir para los primeros pasos del bebé.

¿Por qué elegir un zapato barefoot para los primeros pasos del bebé?

Un zapato barefoot es un zapato diseñado para imitar la sensación de caminar descalzo, al mismo tiempo que protege el pie.
Es muy flexible, sin refuerzos innecesarios, con suela fina y plana.

Los beneficios del calzado barefoot son muchos: favorecen la propiocepción, el desarrollo natural de los músculos del pie y una postura más fluida.

Es una excelente opción para los primeros pasos e incluso después, sobre todo si buscas una alternativa suave al calzado tradicional, y cuya horma no respeta la morfología de los niños.