¿Cómo empezar con el calzado barefoot?

¿Por qué elegir zapatos barefoot para tu hijo?
Cuando descubrimos el calzado barefoot, enseguida nos preguntamos por qué no lo habíamos conocido antes.
Estos modelos están diseñados para acompañar a los peques desde sus primeros pasos respetando la forma natural de sus pies.
A diferencia del calzado tradicional, no aprietan, no fuerzan la pisada y permiten que los músculos del pie trabajen libremente.
Y eso lo cambia todo. Si aún tienes dudas, aquí te contamos lo que puede aportar a tu hijo a largo plazo.
Una alternativa más cercana al movimiento natural
A los niños les encanta ir descalzos. Y no es casualidad. Cuando van descalzos, sienten el suelo, ajustan su pisada y activan sus apoyos. El calzado barefoot reproduce esa misma sensación, pero protegiendo del terreno.
Es como ir descalzo… pero mejor. Ya sea en casa o al aire libre, los peques recuperan movimientos más fluidos y naturales. De hecho, se ha observado que tropiezan menos una vez que empiezan a usar calzado barefoot.
Beneficios para el desarrollo motor y postural
Gracias a sus suelas finas y su forma fisiológica, el calzado respetuoso permite que los pies se muevan con total libertad. ¿El resultado? Los músculos se activan, el arco plantar se forma de manera natural y el niño aprende a apoyar el pie con conciencia.

Un enfoque preventivo para la salud de los pies
Muchos adultos llevan separadores de dedos o sufren de juanetes (hallux valgus) porque nunca se les permitió a sus pies moverse libremente. Con el calzado barefoot se reducen las presiones innecesarias, se respeta la anchura natural de los dedos y se evitan esas deformaciones.
Adoptar el barefoot desde la infancia es una medida preventiva: un pequeño cambio ahora, para un gran beneficio en el futuro. Porque usar un calzado adecuado desde el principio puede evitar muchas sesiones de fisio o de podólogo en la edad adulta.
Las etapas clave para empezar con el barefoot
Para los niños, no es necesario un cambio: sus pies, que están creciendo, se adaptan de forma natural al calzado barefoot. Suelen acoger su nuevo par con entusiasmo.
Para los adultos, una fase de adaptación puede ser útil: los músculos del pie a veces necesitan tiempo para fortalecerse tras años de uso de calzado rígido. Alternar entre pares de calzado barefoot para adultos y modelos clásicos puede ser útil al principio.
Empieza en casa, descalzo
Lo más sencillo para iniciarse en el calzado barefoot es no llevar nada en los pies. En casa, deja que tu hijo camine descalzo tan a menudo como sea posible. Así podrá sentir el suelo, trabajar el equilibrio y tomar conciencia de su propio cuerpo.
También es una buena oportunidad para que observes cómo camina de forma natural, sin ninguna restricción. Si tienes parquet, alfombras o moqueta, es el entorno ideal para practicar ejercicios como caminar de puntillas, sobre los talones o sobre los lados.

Cómo elegir el primer par de zapatos barefoot
Cuando sientas que tu hijo está listo, puedes empezar con un primer par de zapatos. Elige un modelo ligero y fácil de poner. En verano, las sandalias barefoot para niños son una excelente opción para empezar, ya que dejan los dedos libres y protegen la planta del pie.
En invierno, opta por modelos de cuero flexible o zapatillas barefoot con forro. Lo importante es que el zapato sea flexible, ancho en la parte delantera y sin contrafuertes innecesarios. Muchos padres dedican tiempo a buscar la mejor marca de zapatos respetuosos: no te preocupes, hay varias de calidad, y en Pasitos de Gigante ofrecemos una gran selección adecuada para niños.
Observa la postura y apoya la transición
Para los niños, no hay una transición real que esperar. Sus pies se adaptan muy rápido al calzado barefoot, incluso si siempre han usado modelos clásicos. Una vez que descubren esta sensación de libertad, suelen adoptar su nuevo par de inmediato, sin mirar atrás. Su postura puede incluso mejorar de forma natural, sin ningún esfuerzo especial.
Dicho esto, sigue siendo buena idea prestar atención a sus movimientos: ¿Están más erguidos? ¿Parecen más estables? Estas suelen ser buenas señales.
Si tienes alguna duda o pregunta siempre puedes contactar con un profesional… o escribirnos a nuestro Instagram, estaremos encantados de responderlas.
También te pueden interesar estos artículos
¿Podemos hablar de zapatos respetuosos?
En Pasitos de Gigante hemos pensado detenidamente qué palabra podría definir mejor un buen zapato.
Hoy la palabra “respetuoso” significa todo y nada al mismo tiempo. Creemos que es hora de redefinir las cosas para acercarnos más a la realidad y que todos comprendan mejor qué es un buen zapato.
¿Por qué no podemos decir...?
- “fisiológico” : porque este adjetivo no puede usarse para calificar un objeto. Sólo una función biológica puede ser fisiológica, como por ejemplo la respiración. Lo contrario de fisiológico es patológico. La respiración es fisiológica en el sentido normal. No respirar es anormal y por tanto patológico. Por tanto no podemos decir que un zapato sea fisiológico, ¡eso no tendría sentido!
- “ergonómico” : Decimos que algo es ergonómico cuando su forma se adapta particularmente a sus condiciones de uso. Este término se utiliza más bien para definir un dispositivo o material de trabajo, no realmente para objetos cotidianos.
- “anatómico” : este adjetivo significa “que se adapta a la forma del cuerpo”. No es falso ! Hablamos de plantilla anatómica, almohada anatómica... Pero esta palabra es demasiado médica, ¿no?

¿Y si habláramos mejor de calzado respetuoso?
Al fin y al cabo, es así como debería ser.
En todos sus aspectos (su forma, su flexibilidad, su ligereza, el grosor de su suela), un calzado debe respetar la fisiología tan particular de los pies infantiles y su desarrollo motor.
El respeto está en el centro de todo; es la prioridad cuando se trata de nuestros hijos. Sus necesidades deben ser respetadas, al igual que sus pequeños pies durante todas las etapas de su desarrollo.
Así es como vemos el tema a día de hoy. Es probable que nuestra visión siga evolucionando…