¿CÓMO evaluamos SU MORFOLOGÍA?
Para realizar una buena evaluación de la morfología del tobillo y el empeine de un niño, es importante observarlos con atención.
El niño debe estar de pie, con el peso bien distribuido en sus pies. Esto es de vital importancia, ya que un pie tiene una forma completamente diferente cuando está soportando peso y cuando no lo está. Un pie puede parecer fino cuando el niño está sentado en el suelo, pero ser mucho más ancho cuando está de pie y soportando peso.
El peque debe ir descalzo y con los tobillos al aire. Por supuesto, el pie no debe estar oculto por nada cuando se evalúa su morfología. Si el niño lleva puesto un calcetín, no podremos apreciar correctamente la forma real de su pie. Y si un pantalón cubre los tobillos, será difícil adivinar la forma.
Las fotos deben tomarse a la altura del pie, de perfil. Esto permite observar mejor el ancho del tobillo y el empeine. Solo podremos apreciar cuán grueso y abombado es el pie si podemos ver claramente la altura del mismo. Esto no es posible si el pie se ve desde arriba, desde el frente, desde un ángulo...